Terapia para personas con discapacidad o movilidad reducida tras un accidente
Asumir un cambio tan drástico como puede ser comenzar a necesitar una silla de ruedas puede ser muy complicado. Las personas con discapacidad o movilidad reducida tras un accidente de tráfico suelen necesitar terapia tanto física como psicológica. No hemos de olvidar que la salud mental también es importante y que, sin ella, la inclusión es imposible en la sociedad.
La necesidad de acudir a terapia
Todo el mundo puede necesitar acudir a terapia psicológica en un momento determinado de su vida. Si además se sufren cambios tan drásticos como el necesitar un scooter o una silla de ruedas, esta necesidad aumenta. Porque la persona debe comprender que su vida no se ha acabado, simplemente ha cambiado. Tendrá que hacer frente a situaciones diferentes a las que acostumbraba, pero eso no implica necesariamente que todo vaya a ser negativo a partir de ese momento.
Gracias a la lucha por la inclusión que se está llevando a cabo en todo el mundo, la sociedad está cambiando mucho en este aspecto. Se busca que las personas que tengan alguna discapacidad, o que se encuentren con la movilidad reducida, puedan participar en el día a día de cualquier ciudad sin mayor dificultad. Para lograr esto no solo se están habilitando los espacios, sino que también se están creado productos novedosos para mejorar la movilidad. Porque las sillas de ruedas que se encuentran a día de hoy en los mercados poco tienen que ver con las de hace unos años, por ejemplo.
Una lucha por la inclusión
En terapia, la persona aprenderá a ver el lado bueno de la situación que le ha tocado vivir. Continúa con vida tras un accidente que podría haber acabado mucho peor. Y con una silla de ruedas eléctrica y plegable podrá hacer prácticamente cualquier cosa que se proponga. Si era una persona activa, podrá continuar haciendo deporte; quizá otro tipo de deporte, pero seguirá manteniendo esa actividad. Y si le gustaba salir de senderismo, podrá hacerlo con una silla que tenga las prestaciones adecuadas.
El acompañamiento psicológico en estas situaciones puede resultar fundamental. Con la ayuda de profesionales, la vida se puede ver con otra perspectiva. Si además se cuenta con un grupo de apoyo de personas que hayan pasado por lo mismo, la mejoría a nivel psicológico será notable. La salud mental incide directamente en la salud física, con lo cual todo podría mejorar poco a poco. El sentirse apoyado, comprendido, y saber que hay más personas que han podido superar esas vicisitudes, hará que el camino sea más sencillo.
Las personas con discapacidad o movilidad reducida merecen la lucha por la inclusión que se está realizando, e incluso incidir más en ella. Luchar por una sociedad inclusiva es luchar por la salud de todos los ciudadanos.