Mejorar la circulación en personas con movilidad reducida
Es muy común escuchar por numerosos medios que la circulación sanguínea es una función orgánica que es preciso cuidar. Es muy probable que usted mismo haya recibido consejos destinados a que cuide su circulación sanguínea o la de sus familiares.
Pues bien, en relación con el cuidado de la circulación, el caso de las personas con movilidad reducida es particular. Si usted o alguna persona cercana cuenta con alguna discapacidad que limite el movimiento, el contenido de este artículo le resultará de extraordinario interés. Le animamos a que continúe leyendo.
¿Por qué es conveniente mejorar la circulación en personas con discapacidad?
La sangre es el fluido corporal encargado de llevar el oxígeno y los nutrientes a cada rincón del cuerpo. Como tal, su buen funcionamiento es garantía de un estado de salud satisfactorio. Sin embargo, este sistema no funciona de manera espontánea y definitiva, sino que requiere de cierto mantenimiento.
En el caso de las personas con movilidad reducida esta realidad es clara. La falta de ejercicio en las extremidades suele debilitar la circulación, por lo que es preciso poner especial énfasis en combatir este hecho.
Los problemas relacionados con una mala circulación sanguínea
La mejor manera de que usted comprenda la relevancia de lo que le estamos comentando es mediante una referencia a los problemas que nacen fruto de una mala circulación:
- Aparición de úlceras internas en las venas.
- Despigmentación de la piel y heridas más o menos superficiales.
- Pérdida del cabello y debilitamiento de las uñas.
- Surgimiento de manchas de color azulado en la piel que indica que el oxígeno no se extiende correctamente.
- Fatiga y cansancio incluso en situación de reposo.
¿Cómo mejorar la circulación en personas con movilidad reducida?
Afortunadamente, estos problemas pueden evitarse si usted aplica una serie de consejos avalados por profesionales médicos. Se trata de hábitos cuya aplicación se relaciona directa e inmediatamente con una mejoría en el funcionamiento del sistema circulatorio. Algunos ejemplos de ello son los siguientes:
- Aplicación de masajes circulatorios. En manos de profesionales, los masajes pueden garantizar un correcto movimiento de la sangre, favoreciendo su circulación.
- Realización de ejercicios físicos adecuados a cada situación. Dependiendo de las limitaciones de cada persona, pueden realizarse movimientos de brazos, piernas o pies, con tal de estimular el movimiento sanguíneo.
- Uso de sillas basculantes. Dado que permiten modificar la posición corporal con mayor facilidad, permiten que la sangre alcance cada parte del cuerpo sin problema. Son altamente recomendables.
En conclusión, ya ha podido conocerse por qué es tan importante prestar atención a la circulación sanguínea de todas las personas en general y de aquellas que cuentan con movilidad reducida en particular. Al fin y al cabo, son bastantes los problemas que pueden sufrirse si no se actúa. Afortunadamente, con los consejos que le hemos dado, el riesgo de cualquier complicación quedará eliminado del todo.