Empleo para personas con discapacidad y movilidad reducida
Actualmente, se ofertan muchos puestos de trabajo a personas con discapacidad y/o movilidad reducida. Aspectos tan importantes como la inclusión laboral, en donde el trabajador encuentra un puesto adaptado a sus necesidades, logran que se respeten sus derechos a lo que igualdad de oportunidades se refiere.
La inclusión laboral en personas con discapacidad
Cuando hablamos de inclusión laboral, tenemos que observar cómo las distintas empresas e instituciones ofertan un cupo de plazas para personas que presentan una discapacidad. Por disposición legal, pueden acceder a un trabajo adecuadamente remunerado. Existen distintas áreas, con el fin de que cualquiera pueda adaptarse y, al mismo tiempo, pueda ofrecer sus conocimientos o mano de obra. De esta forma, empresa y trabajador se benefician mutuamente dándose una oportunidad.
Adaptación del puesto de trabajo
La adaptación al puesto de trabajo se realiza completamente. Para ello, en función a la discapacidad que muestre la persona, es tenida en cuenta, ofreciéndole una labor a su medida. A esto hay que sumarle su responsabilidad a la hora de ocupar un puesto laboral.
En caso de que una persona sea contratada sin haber expresado su discapacidad, la empresa se ve obligada a adaptar el medio en que se vas a mover. De comprobarse lo contrario, quien contrata podría verse reprendido legalmente.
Accesibilidad al trabajo
No cabe duda de que una empresa que contrata a personas con una discapacidad debe garantizar el acceso, adaptando sus instalaciones adecuadamente. Así, disponer de rampas, ascensor, puertas de peso ligero y la suficiente amplitud para sillas de ruedas, se presenta como algo obligatorio.
También deben cuidarse detalles como el acceso a interruptores y botones, aptos para quienes usan silla de ruedas. Este es el primer paso para que la adaptabilidad al trabajo se convierta en una realidad.
Conciliación
Cuando hablamos de conciliación no podemos dejar de tratar la empatía, como una forma de buena comunicación entre empleado y empresario. Por ejemplo, si tienes una enfermedad que suele producirte brotes dolorosos o que dificultan tu labor o movilidad, debe tenerlo en cuenta el contratante, para que sea flexible en caso de que requieras una baja temporal para recuperarte.
Asimismo, es preciso que la empresa haya dotado de la información oportuna al resto de la plantilla, con el fin de crear conciencia entre compañeros.
Respecto a las jornadas laborales, la empresa debe tener en cuenta sus posibilidades. Sin duda, es necesario seguir tratando de conciliar. Al final, los beneficios, como indicamos antes, son mutuos, además de contar las empresas con ayudas públicas, siempre que ofrecen puestos a este colectivo.
Las personas con discapacidad o movilidad reducida tienen su oportunidad de encontrar un trabajo que se adapte a sus circunstancias. La posibilidad de conciliar con la empresa es importante.