Accesibilidad universal
Si no está familiarizado con el concepto de accesibilidad universal, es probable que lo identifique con la eliminación de barreras arquitectónicas. En realidad, esta es solo una pequeña parte de un proyecto de inclusión social mucho más ambicioso. La accesibilidad universal no consiste solo en habilitar espacios específicos para personas con alguna discapacidad. Se trata, más bien, de una filosofía que engloba un amplio abanico de medidas y actuaciones que inciden en la vida cotidiana de todos los ciudadanos. Veamos en qué consiste.
¿Qué es la accesibilidad universal?
Aunque existen múltiples definiciones de este concepto, la mejor manera de comprenderlo es conocer la vida de la persona que lo concibió. Ronald Mace fue un arquitecto americano que, debido a una poliomielitis que sufrió en su infancia, se movió siempre en silla de ruedas. Esta experiencia le llevó a consagrar su trabajo a lo que él denominó el diseño inclusivo. Su objetivo fue proyectar edificios y entornos adecuados para todos los individuos, sin necesidad de modificarlos y adaptarlos para personas con necesidades especiales.
Esta propuesta implica un cambio de paradigma en el modo de proyectar espacios públicos y privados. Significa ofrecer un entorno de vida en el que cualquier persona pueda beneficiarse de los mismos servicios de manera autónoma. En un mundo accesible para todos, debe eliminarse cualquier barrera física, social o comunicativa que dificulte la integración de las personas con discapacidad. Solo así puede garantizarse el derecho de todo ciudadano a participar plena y activamente en la sociedad.
¿Cuáles son los beneficios sociales de la accesibilidad?
Considerar siempre la diversidad de la población es uno de los principios básicos de esta filosofía. Algunas personas pueden tener dificultades de movilidad o cognitivas, pero todas deben disfrutar de las mismas oportunidades. Nadie puede quedar al margen en nombre de un concepto tan arbitrario como la normalidad.
De esta manera, las necesidades particulares de las personas con discapacidades se transforman en un estímulo para crear un mundo más justo, igualitario y habitable.
La accesibilidad universal nos beneficia a todos. Es un valioso instrumento de cohesión social y aunque, desde hace un tiempo, la legislación española obliga a tomar medidas para favorecer la inclusión, aún queda mucho por hacer. Transformar un problema en una oportunidad requiere esfuerzo, constancia y creatividad, pero es un paso imprescindible para construir un futuro en el que cada ciudadano pueda desarrollar todo su potencial.